TURISMO CULTURAL EN SITIOS DE PATRIMONIO MINERO
Patrono de los mineros quien cada 16 de enero va a “visitar” a Nuestra Señora del Rosario; el Señor de Zelontla es llevado en hombros a la parroquia donde permanece todo un día; al siguiente día la Virgen, en brazos de los parroquianos sale a despedir al Señor de Zelontla hasta la mitad del camino, para reencontrarse un año más tarde. Hasta hace 29 años, se tenía la costumbre de llevar a los niños al santuario y meterlos en un cajoncito de madera para que los bendijeran; muchas veces se trataba de una de las cajas de los explosivos que se utilizaban en las minas con la idea protegerlos de sus peligros.
El segundo de los templos construidos por los franciscanos en esta población a mediados del siglo XVII, en su altar mayor se encuentra la imagen de San Francisco de Asís. A la fecha de edición del presente trabajo, la capilla se encontraba en restauración ya que ha permanecido cerrada por más de 20 años.
Inaugurado en 1907 gracias a un acuerdo entre la Compañía de Real del Monte y Pachuca y los barreteros, nombre que se le daba a los obreros mineros; el resultado de este convenio fue un conjunto hospitalario de cuatro edificios: medicina externa, medicina interna, anfiteatro y área de enfermos contagiosos y casa-habitación de la enfermera en jefe. Los tres edificios principales rodean un hermoso jardín con enormes manzanos y una fuente al centro. En 2004 el Archivo Histórico y Museo de Minería A.C., lo convirtió en el Centro Cultural Nicolás Zavala/Museo de Medicina Laboral.
Si bien fue dedicada a esta virgen el 7 de mayo de 1578 cuando se bendijo el edificio que la albergó originalmente, pertenece a Nuestra Señora del Rosario cuya imagen corona el altar principal y a quien los realeños le tienen un culto mayor. La construcción actual fue financiada por Pedro Romero de Terreros en 1762; en una de sus dos torres se colocó un reloj costeado por los mineros en 1842, dos de las campanas también fueron aportación de los barreteros en 1904.
Localizado en el cerro del judío; sin duda uno de los lugares más singulares de la población minera, sobresale por su paisaje y sobriedad. Las tumbas con símbolos masónicos como la columna trozada, el compás y la escuadra, y las que reproducen parte de la fachada de la Iglesia Metodista, entre pinos centenarios, se encuentran cubiertas la mayor parte del año por niebla.
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Imágenes de archivo AHMMAC, imágenes contemporáneas Marco Antonio Hernández © Copyright Todos los derechos reservados.